Bajo el lema «La nueva era urbana» hoy arrancó en Barcelona el Smart City Expo World Congress, el congreso de referencia de las ciudades inteligentes, enfocado en la intersección de la tecnología y la urbanización.
La SCEWC se celebra desde hoy y hasta el 9 de noviembre en el recinto de Fira de Barcelona de la Gran Via de L’Hospitalet de Llobregat. Esta nueva edición se prevé de récord, ya que reunirá a más de 1.000 expositores y a representantes de 800 ciudades.
Drones para emergencias, vehículos autónomos para mercancías, energías renovables, materiales sostenibles o gestión de datos con inteligencia artificial forman parte del amplio catálogo de productos expuestos en el congreso.
Entre los 140 países representados también tienen su lugar proyectos emergentes locales que ven en el congreso una oportunidad para darse a conocer, lograr nuevos clientes o captar inversores.
Un ejemplo es el de la tecnológica Bioo, que ha ideado una suerte de cubierta o pared vegetal capaz de generar energía por sí misma, pues su batería se nutre de microorganismos que crean corriente eléctrica al romper la materia orgánica: se alimentan con este método en apenas siete metros cuadrados a hasta seis puntos de luz, al tiempo que el consumo de agua se reduce en un 50 %.
Esta idea futurista, difícil siquiera de imaginar, comienza a ser ya una realidad, ya que entre los clientes de Bioo se cuentan Sacyr, Volvo, Axa o Bayer.
Una de las protagonistas del congreso es la economía azul, vinculada al mar, pues un 65 % de las ciudades del mundo tienen costa, según le gusta recordar al director de este evento, Ugo Valenti.
En este tipo de economía se inscribe Seabots, una filial de GPA Innova, que ha trabajado para empresas como Repsol o Telefónica, instituciones como el Puerto de Barcelona o cuerpos policiales como los Mossos d’Esquadra: desarrolla robots capaces de recolectar datos en el mar, otros que limpian superficies con agua o incluso depósitos de hidrocarburos o boyas que recogen microplásticos para su posterior análisis.
Otro ejemplo es Lobelia Earth, que confecciona mapas para administraciones a partir de fuentes de datos en su mayoría públicas para hacer frente a la emergencia climática: suya es la investigación que determinó que la mitad de los colegios de Barcelona supera los límites de contaminación aconsejados.