The Line será una ciudad lineal vertical y sostenible que se está construyendo en Arabia Saudita. El proyecto, anunciado en 2020, tiene como objetivo crear una ciudad sin coches, emisiones ni congestión y está previsto terminarla para 2030.
El megaproyecto es una ciudad inteliente que se extiende a lo largo de 170 kilómetros, desde las montañas de NEOM, pasando por valles desérticos hasta el Mar Rojo. Una obra arquitectónica que se eleva a 500 metros sobre el nivel del mar, pero con un ancho de solo 200 metros.
THE LINE redefine el concepto de desarrollo urbano y cómo serán las ciudades del futuro.
Sin carreteras, coches ni emisiones, funcionará con energía 100% renovable y el 95% de la tierra se preservará para la naturaleza. La salud y el bienestar de las personas tendrán prioridad sobre el transporte y la infraestructura, a diferencia de las ciudades tradicionales.
The Line podrá albergará a 9 millones de personas y se construirá en una superficie de sólo 34 kilómetros cuadrados. Esto significará una huella de infraestructura reducida, creando eficiencias nunca antes vistas en las funciones de la ciudad.
Los residentes tendrán acceso a todos los elementos esenciales diarios a cinco minutos a pie, además del tren de alta velocidad, que recorrerá de un extremo a otro en solo 20 minutos.
La ciudad vertical como laboratorio viviente
«La mayoría de nosotros vivimos en un mundo horizontal, pero éste no es el mejor uso del espacio. Tampoco es la manera más productiva o eficiente de utilizar los ya escasos recursos del planeta», afirma el director ejecutivo de The Line, Giles Pendelton.
La ciudad se construirá utilizando un diseño inteligente y totalmente basado en datos, gracias al algoritmo del gemelo digital, para no tener que adaptar soluciones después. Un ejemplo simple que cita Pendelton es que los parques se diseñarán de manera que las personas no se vean obligadas a caminar sobre el césped para tomar la ruta más rápida a su destino.
«Lo que estamos haciendo aquí es crear un laboratorio viviente donde nada está descartado si tiene sentido en términos de sostenibilidad, crecimiento económico y regeneración de la naturaleza», resume el director de The Line.